Reflexión sobre el enfoque. Consideraciones filosóficas, psicológicas y pedagógicas
Desde el enfoque se plantea la competencia comunicativa más allá de la competencia lingüística, puesto que se le presta atención a los aspectos pragmáticos y socioculturales, implicados en la comunicación, Hymes lo plantea como el “uso del lenguaje en actos de comunicación particular, en actos concretos y sociales históricamente situados”, es decir el uso del lenguaje en el contexto situacional. Es así como se introduce el concepto de la competencia sociolingüística, que se ocupa de “en qué medida las expresiones son producidas y entendidas adecuadamente en diferentes contextos sociolingüísticos dependiendo de factores contextuales como la situación de los participantes, los propósitos de la interacción y las normas y convenciones de la interacción (Hymes, 1967)”[1].
Por lo tanto, la competencia comunicativa según el contexto adquiere diferentes características. Es así, como encontramos subcompetencias a desarrollar, entre ellas las habilidades para la producción textual y comprensión intersubjetiva como: escuchar, hablar, leer, escribir y pensar. En consecuencia, dichos factores no se dan unidireccionalmente entre emisores, sino que hacen parte los destinatarios, pues el emisor estructura su mensaje con una intencionalidad hacia el destinatario “usando la lengua como instrumento de comunicación que lleva por ende a la proyección social”[2]
Una buena forma de explicar el fenómeno comunicativo lo encontramos con Jurgen Habermas, quien nos plantea el “mundo de la vida”, que se trata de “el lugar trascendental en el que hablante y oyente se salen al encuentro; en que puedan plantearse recíprocamente la pretensión de que sus emisiones concuerdan con el mundo… y en que puedan criticar y exhibir los fundamentos de esas pretensiones de validez, resolver sus disentimientos y llegar a un acuerdo”. Aquí, nos encontramos con la vida cotidiana en la que nuestros actos comunicativos están configurados según la intención de dichos actos, y en la que además deben ser coherentes con el contexto situacional, cumplidas dichas características, el emisor y el receptor se vuelven interlocutores y llegan a consensos.
Es así, como la competencia comunicativa configura en buena medida nuestras relaciones intersubjetivas y subjetivas con relación a los demás y la cultura que determinan la lengua y “debe conducir a la formación de valores morales, personales; a una educación más formativa que informativa, con actitudes y expectativas para el desarrollo de posturas analíticas y críticas”[3].
[1] Canale, M. (s.f.). Centro Virtual Cervantes. Recuperado el 20 de Febrero de 2014, de https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/enfoque_comunicativo/canale02.htm
[2] Dirección Académica. (2013 - 2015). Plan de área de Humanidades: Español - Inglés . Medellín: UPB. p. 4
[3] Ibid., p.4